El CEO se Entera de Mis Mentiras

Chapter 65



Capítulo 65

Nadie respondió.

Alejandro aún estaba fuera despidiendo a los invitados. Con una sonrisa en el rostro, acompañó a los presidentes Fernando e Ignacio hasta el auto: -Presidente Fernando, presidente Ignacio, nuestra colaboración...

El presidente Fernando, al ver las heridas en el rostro de Alejandro, no pudo evitar sonreír: Presidente Alejandro, tal vez debería ir a ver a un médico para que le atiendan la cara.

Los presidentes se subieron a sus lujosos autos y se fueron.

Alejandro regresó al salón con el rostro oscuro, caminó directamente hacia María: —¡María! ¿ Esto es lo que has hecho? ¡Me has dejado con la cara arruinada!

Lo que más le costaba aceptar era a María. Ella aún no podía comprender cómo las cosas habían llegado a ese punto, cuando pensaba que todo estaba bajo control.

María, desesperada, sujetó la manga de la camisa de Alejandro: -Querido, déjame explicarte...

Alejandro la empujó bruscamente, tomó su chaqueta y salió: -¡Ya no quiero verte más!

Alejandro dejó la casa.

María, con marcas de rasguños en el rostro y el cuello, palideció. Ella había querido aprovechar esa oportunidad para recuperar el cariño de Alejandro, pero no había hecho más que alejarlo aún más.

María miró a Ana, aferrándose a ella como si fuera un salvavidas: -Anita, escúchame... Déjame explicarte...

Ana la empujó con frialdad, disgustada: —¡Mamá! ¿Qué te pasa últimamente? No has hecho nada bien, ¡nada me ha satisfecho!

¡Raquel!

¡Todo es culpa de Raquel!

María, llena de rencor, pensó que su vida había ido bien hasta que Raquel regresó. Desde que ella llegó, todo en su vida había salido mal.

¡Raquel era su talón de Aquiles!

En ese momento, Gonzalo corrió hacia ella y, de rodillas, se arrodilló frente a María: Tía, lo

siento mucho.

María, furiosa, lo agarró del cuello de la camisa: -Gonzalo, ¿qué has hecho? ¿Por qué las

Capítulo 65

personas en el cuarto pasaron de Raquel a Rosa?

213

Gonzalo trató de recordar: Tía, no recuerdo bien, pero creo que vi al presidente Alberto, y después entró Rosa. Recuerdo que inhalé el afrodisíaco del cuarto y no pude controlar el deseo, no sabía quién era quién.

Ana, sorprendida, se levantó de un salto: -¿Qué dijiste? ¿Alberto también entró en ese cuarto?

Por eso no lo encontraba.

Gonzalo asintió: -Sí.

María, con los ojos brillando, agarró a Ana: —¡Anita, rápido, ve a buscar al presidente Alberto!

Ana, desconcertada, le preguntó: -¿Por qué?

-Anita, el presidente Alberto entró en ese cuarto, ¡seguro que también inhaló el afrodisíaco! ¡ Aún no hemos perdido! Ahora ve a buscar al presidente Alberto, jesta noche serás su mujer!

Los ojos de Ana se iluminaron. ¿Por qué no se le había ocurrido antes?

Alberto había inhalado el afrodisíaco, definitivamente necesitaba a una mujer. Él ahora la

necesitaba a ella.

Ana mordió su labio rojo. Aunque aún no habían llegado a ese punto, sabía que

lo mejor era no dejar que un hombre tuviera acceso a su cuerpo antes del

matrimonio, pues eso hacía que su estatus bajara.

Entonces, bailaría cerca de él, pero no tendrían relaciones.

Esa noche, él podría tenerla, pero con una condición: debía divorciarse de Raquel.

María tenía razón, jaún no habían perdido!

Ana salió.

María sonrió con satisfacción: -Raquel, ¿creías entonces que habías ganado?

No. Mientras Alberto siga amando a Ana, no ganarás.

En villa de los Ángeles.

Alberto estaba en el baño, tomando una ducha. Raquel pensaba en irse de allí.

Aunque él había sido afectado por el afrodisíaco, parecía que no necesitaba su ayuda, por lo quenoveldrama

no tenía sentido quedarse.

En ese momento, sonó el celular.

Capitulo 65

Era Ramón.

Raquel contestó rápidamente: -Raquelita, ¿dónde estás? Esta noche te llevaré a jugar a las

carreras.

Justo en ese momento, la puerta del baño se abrió, y una nube de vapor fresco rodeó la figura imponente de Alberto al salir del baño.


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.