Chapter 384
Capitulo 364 Marco el numero de Carlos, pero nadie respondio.
Bella le envi6 entonces un mensaje, pidiéndole que viniera al hospital cuando tuviera tiempo, pues tenia algo que hablar con él.
Justo cuando guardaba el teléfono, Elena, ya quitado el uniforme de enfermera, le trajo el desayuno.
—Seforita, por favor, sirva su comida. —dijo Elena con tono conciliador, sabiendo que atin le preocupaba la estabilidad emocional de Bella.
Bella la reprendi6 con suavidad: —Ya les he dicho que estoy bien. Tu has estado trabajando toda la noche, asi que no te preocupes mas por miy ve a descansar.
Elena no insistio mas. —Entonces vendré a verte esta tarde. He conseguido una enfermera de confianza por si necesitas algo.
—Solo necesito reposar, no es necesario.
—iHe dicho que la necesitas! —exclamo Elena con firmeza—. Tu misma siempre dices que las mujeres deben amarse a si mismas, jy esto es precisamente una muestra de ese amor! —Esta bien, esta bien, ya que eres tan bonita, te haré caso. —cedio Bella con una sonrisa.
Después de desayunar, la enfermera que Elena habia conseguido llegé.
Bella le pidié que le comprara algunos articulos personales, mientras ella iria a tomar un poco de aire junto a la ventana.
Llevaba demasiadas horas acostada y queria moverse un poco.
Nada mas poner el pie en el suelo, sintio un dolor en el dorso del pie que se habia golpeado la noche anterior. Se quito el calcetin y vio un gran moreton.
—Sefiora, ¢qué le paso en el pie? En ese momento, se escucho la voz de Miguel en la puerta.
Bella, agradecida por la oportuna aparicién de Miguel la noche anterior, le respondié con amabilidad: —No es nada, solo me pondré un poco de pomada y se me pasara.
Miguel dejé un termo sobre la mesita frente a Bella. —Sefora, esto es una sopa de arroz que le ha preparado Fiona, también hay unos bocadillos.
Bella fruncio el cefio, extrafiada de que Fiona le preparara comida, después de que Pedro saliera tan enojado la noche anterior.
—Fiona dijo que son sus favoritos y que debe comer bien. —afadié Miguel.
Bella rechaz6 educadamente la oferta: —Ya he desayunado.
—Bueno, podemos comer mas tarde —Miguel dijo tranquilamente—. Sefora, ;quiere que lame al médico para que revise su pie ahora? —No es necesario —Bella, creyendo que algo extrafo sobre lo que pasé anoche, respondio —. ¢Miguel, cbmo supiste anoche que teniamos problemas?
Miguel respondio honestamente que cuando llevaba a un cliente al estacionamiento, vio a un grupo de personas bajar agresivamente de un auto y escucho a uno de ellos mencionar el numero de su cabina privada.
Asi que Miguel se mantuvo alerta, envi6 a alguien a investigar arriba y se enterd de que la situacion no era buena, por lo que de inmediato hizo los arreglos necesarios.
Bella suspiré interiormente, admirando la excelente conciencia de crisis de Miguel.
- Pe . ’ Fd ¥ 4 I De no haber sido por él, nadie sabia qué habria pasado anoche.
—¢Fueron todos esos hombres llevados a la comisaria? —pregunto Bella.
Miguel respondi6 cortésmente: —Ese tal Mateo, cuando entramos, aprovecho el alboroto y logro escapar, pero el resto fueron llevados a la comisaria.
(Mateo se escap6? Bella sinti6 nuevamente algo extrafio. This text is property of Nô/velD/rama.Org.
Ayer, Mateo se comport6 con desesperacion y locura. Entonces ;por qué se escapd? Y ademas, él sabia del poder de Pedro en la ciudad de Mar. ;No teme enfrentar consecuencias peores si huy6? —No se preocupe, sefiora, el director Romero ha enviado a alguien a buscarlo y la policia también fo esta buscando, él no se atrevera a volver a molestarla, trat¢ de consolarla Miguel, pensando que ella tenia miedo.
Bella no se detuvo en ese asunto, sino que pregunt6: —Miguel, Pedro te envi6 aqui, no solo para traer el desayuno, cierto? Miguel la miré aparentemente confundido.