Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Chapter 370



EN I la i eR BE Capitulo 370 Al ver la actitud de Pedro, Manuel supo que no estaba de humor para ser molestado, asi que se levanté. “Hermano Pedro, voy a traerte otra ronda de bebidas.

Dicho esto, Manuel se dirigié a un rincén mas tranquilo y llamé a Elena.

Si habia alguien que conociera los detalles de lo que estaba sucediendo con Bella, esa era ella.

Elena rapidamente levanto el teléfono, —Hola, ; qué pasa? —Senorita Elena, qué ocurri6 entre el hermano Pedro y su cufiada? Hoy Pedro me Cité a beber y tiene un aspecto aterrador, pero no quiere decir nada.

Tras pensarlo un momento, Elena le conté brevemente lo que habia sucedido en los ultimos dias.

—¢Entonces mi cufiada esta embarazada, pero el bebé no es del hermano Pedro? —cuestiono

Manuel, con incredulidad.

Por supuesto, Elena no traicionaria a Bellay lo engano. —Bueno, parece que fue un accidente. Intenta aconsejar al director Romero, y si no puede soportarlo, que se separen.

Manuel no se atrevia a persuadirlo para que se divorciara.

Terminando la llamada con Elena, Manuel regreso a su mesa. Content bel0ngs to Nôvel(D)r/a/ma.Org.

Se encontré con que Pedro ya habia consumido una fila de botellas.

Seguia bebiendo sin parar.

Manuel se armé de valor y le quité el vaso. — Hermano Pedro, no puedes beber asi, jes muy dafiino para tu salud! Pedro apret6 con fuerza el vaso, con una mirada gélida.

Al ver esto, Manuel no pudo ni se atrevio a tomarlo, por lo que tuvo que dejarlo ir.

Inesperadamente, tan pronto como lo solto, I Pedro abrio el vaso! —ijHermano Pedro, tu mano! —exclamo Manuel, preocupado.

Sus palmas habian sido destrozadas por fragmentos de vidrio, que rezumaban sangre roja.

Manuel dijo con preocupacién: —jVe, date prisa en ir al hospital y vendarlo! I I Pero Pedro se sacudié y tomé otro vaso, I continuando su solitaria bebida.

Emanaba un aura gélida que impedia que nadie se le acercara. Manuel no pudo hacer nada mas que observarlo, impotente.

Ante la situacion, Manuel decidié llamar a Bella.

—¢Hola? —Cuhada —al escuchar su voz, Manuel exclam6—, hermano Pedro est4 ebrio y se ha lastimado la mano, pero no quiere ir a que le

curen ni quiere irse. jPodrias convencerlo? »Lo sé, sé que estas hospitalizada y te es dificil venir. ;Podrias al menos hablar con él por teléfono? —Lo siento —Bella respondié con tono apagado, —, ahora mismo estoy un poco ocupada, no tengo tiempo para esto.

Pensando que Bella no le creia, Manuel se apresuro a decir: —Cufada, no te estoy mintiendo, ni es una artimafna del hermano Pedro, de verdad se ha lastimado la mano.

Solo di unas palabras para convencerlo, ;si? —Senor Gonzaélez, si usted, que es su mejor hermano, no ha podido convencerlo, ;cémo voy a poder yo con solo unas palabras? Lo siento, pero no puedo ayudarlo. Tendrd que buscar a alguien mas.

—Cua... Manuel aun queria insistir, cuando de pronto el teléfono fue arrebatado de su mano por Pedro.

—iBella, no eres la (inica mujer en este mundo! iJamas podria sentir nada por ti! {Puedes estar con quien quieras, no me interesal

Dicho esto, Pedro estrell6 el teléfono con fuerza contra el suelo, haciéndolo anicos.

Luego volvio a coger su copay siguio bebiendo.

—iMi teléfono! —exclamé Manuel, recogiendo los restos.


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