Chapter 29
Capítulo 29noveldrama
¡Ah!
El grito agudo de Ana hizo que Alberto pisara el freno, y el Rolls-Royce se detuvo.
Ana respiraba con dificultad, visiblemente asustada: -Alberto, ¿cómo pudiste conducir tan rápido?
El rostro de Alberto seguía sombrío, y levantó la vista. Justo cuando él frenó, el Lamborghini que los había estado persiguiendo aprovechó la oportunidad y se fue rápidamente.
Alberto apretó los labios: -¿Estás bien?
Ana negó con la cabeza: -Estoy bien.
Entonces Ana dijo: -No puedo creer que Raquel haya atraído a Ramón. ¿Viste cómo estaba bailando en la pista? Yo la conozco, creció en el campo, dejó la escuela a los 16 años y solo aprendió a seducir hombres. ¡Es una mujer decadente, no se respeta a sí misma!
Los ojos de Alberto se enfriaron. En su mente, se apareció la imagen de Raquel moviéndose sensualmente en la pista de baile. En efecto, solo había aprendido a seducir a los hombres, Ana
no la estaba difamando.
Con un hombre como Ramón, que tiene unos estándares tan altos, ella lo había conquistado.
-Alberto, ¿ya te divorciaste de Raquel hoy?
-Todavía no.
Ana se sorprendió: -¿Por qué? ¿No iban ustedes a divorciarse hoy?
Pensaba que ya se habían divorciado.
Alberto explicó: -Mi abuela quiere mucho a Raquel, y por su salud, el divorcio debe esperar por ahora.
¿Doña Isabel también estaba involucrada?
Ana sabía que doña Isabel tenía una mala opinión de ella y que prefería a Raquel. Ella era el mayor apoyo de Raquel.
Ana sintió una profunda sensación de crisis. ¿Acaso doña Isabel impedía que él y Raquel se divorciaran, lo que le impediría a ella convertirse en la señora Díaz?
Ana, enfadada, dijo: -Alberto, ¿por qué haces todo lo que te dice tu abuela? ¿Y yo qué? ¡Cada vez estoy más vieja! La juventud de una mujer es lo más importante. ¿Cuánto tiempo más tengo que esperar por ti?
Capítulo 29
Alberto levantó una ceja y miró a Ana con frialdad: -Hace tres años, si hubieras querido, ya serías la señora Díaz. ¿Qué importa Raquel ahora?
Ana se quedó sin palabras.
Se sintió completamente desmoronada por las palabras de Alberto.
Ana era muy inteligente, y en ese momento bajó su postura. Se acercó con su cuerpo delicado y, con dulzura, abrazó su cuello: -Alberto, lo siento, solo quiero casarme contigo. ¿Es que no quieres casarte conmigo?
Esta noche, sus palabras suaves parecían no tener efecto en Alberto. Él le quitó la mano de su cuello, con poco interés, y dijo: -Te llevo a casa.
Ana solo pudo volver a sentarse. Sus ojos brillaron con una sombra oscura. No le gustaba esperar, ella prefería actuar, y debía asegurarse de que Alberto y Raquel se divorciaran cuanto
antes.
¡Ni siquiera doña Isabel podría detener su plan!
Más de media hora después, el Rolls-Royce se detuvo en el césped de la casa Díaz. Alberto había llegado a casa.
Alberto entró al salón, pero no vio a Raquel. Ella aún no había regresado.
Alberto estaba furioso. ¡Ella llegó más tarde que él!
Según la ruta, Ramón ya debería haberla dejado en casa. ¡A menos que se haya ido a divertirse con Ramón!
Alberto sacó su celular y marcó el número de Raquel.
Al sonar una vez, la llamada fue atendida. Alberto sujetó el celular con fuerza y,
en tono frío, preguntó: -Raquel, ¿por qué no has vuelto a casa?
La voz clara de Raquel respondió: -Presidente Alberto, ¿acaso tiene amnesia? Ya le dije que no volveré a la casa Díaz.
Alberto, molesto, replicó: -¿Y cómo le explico eso a mi abuela? Raquel, ven aquí de inmediato. ¿Por qué te gusta tanto salir? ¿Quién hay afuera...?
What do you think?
Total Responses: 0
If You Can Read This Book Lovers Novel Reading
Price: $43.99
Buy NowReading Cat Funny Book & Tea Lover
Price: $21.99
Buy NowCareful Or You'll End Up In My Novel T Shirt Novelty
Price: $39.99
Buy NowIt's A Good Day To Read A Book
Price: $21.99
Buy Now